Un día para reafirmar los derechos indígenas
Respetar las costumbres, la cultura y tradiciones de las diferentes comunidades debe ser un tema principal en la agenda de los líderes mundiales, ya que se trata de una población que representa el cinco por ciento del planeta y es una de las más vulneradas y mancilladas. La conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas es una invitación a reflexionar y tomar conciencia sobre su difícil pasado, presente y futuro.
Se evoca cada 9 de agosto y fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994. La fecha quedó establecida porque ese día, de 1982, se llevó a cabo la primera reunión que celebró la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías de la ONU. Alrededor del planeta, la comunidad indígena está esparcida en más de 5.000 grupos distintos en 90 países, conformado por unas 370 millones de personas, es decir, el 5 por ciento de la población mundial. A pesar de todo, fueron y siguen siendo las más desfavorecidas, pobres y vulnerables.
Para la UNESCO, la sostenibilidad mundial debe asentarse sobre unas bases locales que deben contemplar las opiniones y las necesidades de las comunidades locales, incluidas las de los pueblos indígenas. Por eso, en la Declaración de las Naciones Unidas aprobada en 2007 se afirmó “el respeto de los conocimientos, las culturas y las prácticas tradicionales indígenas, que contribuye al desarrollo sostenible y equitativo, además del orden adecuado del medioambiente”.
La comunidad internacional todavía reconoce que se necesitan más medidas especiales y urgentes para proteger sus derechos y mantener sus culturas y estilos de vida. Así como sus lenguas originarias, de las cuales se extinguen una cada dos semanas. Con la desaparición del idioma se pone en peligro la supervivencia misma de los pueblos originarios. A pesar de todo, ellos sostienen con orgullo, humildad y gran esfuerzo su esencia, su diversidad cultural y sus tradiciones ancestrales. Entre las que se destacan el respeto hacia sus antepasados y hacia la Madre Tierra, que simboliza el hogar natural en el que todos debemos vivir con igualdad de oportunidades, sueños y derechos.